Para un perfecto merengue italiano (o sea, glaseado)

Directorio Cubano explica el secreto para preparar un merengue italiano perfecto. ¿Cómo sería? Pues bien firme, espeso, brillante, delicioso. Y la verdad, no tenemos que perder la cabeza en el proceso.

Esta publicación resulta de utilidad lo mismo si quieren el merengue para comerlo así, solo. O si lo preparan como complemento de alguna receta: tartas, helados, cremas, o milhojas de merengue. 

Ingredientes: 

  • 1 huevo
  • 1 ½ lata (de leche condensada) de azúcar 

Podemos emplear azúcar refinada (de color blanco), o azúcar moreno. Funciona igual, pero le cambia el sabor y el color al merengue. Si queremos un lustre suave y delicado, bien blanquito, mejor la primera opción.

Preparación: 

  1. Cascamos el huevo, y separamos la clara de la yema. 

Con cuidado, para no romper la yema y evitar que se mezcle con la clara. Si esto pasara, debemos emplear otro huevo. 

  1. En un cuenco hondo, y preferiblemente de cristal, montamos la clara hasta el punto de nieve. Batimos con un tenedor, un batidor de mano, o una merenguera eléctrica. 
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La clara debe quedar con una textura espumosa, y una consistencia sólida. Debemos poder darle vuelta al cuenco y que la espuma quede en su lugar. 

  1. En tanto, preparamos el almíbar. En una olla, ponemos el azúcar y diluimos con agua. (Un poco menos agua que de azúcar). 

“El merengue italiano lleva el almíbar a punto de bola blanda. Para eso, debe llegar a llega a los 120º C. Si no tenemos termómetro de cocina, no importa. Podemos saber cuándo el almíbar está bien cuando echamos una gota del almíbar en agua fría, y la gota no se disuelve. Queda justamente como una bolita de goma”. Así nos explican desde Oriuelo´s Kitchen. 

  1. Cuando el almíbar está a punto de bola blanda, lo adicionamos, de a poquito, a la espuma de clara de huevo. Tremendamente importante es no dejar de batir. 
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También es importante manejar el almíbar con extremo cuidado. Puede causar quemaduras serias, y dolorosas, si nos cae en la piel. 

  1. Seguimos batiendo incluso cuando terminamos de agregar todo el almíbar. Más o menos hasta que dejemos de sentir caliente el cuenco, si tocamos su base. 

El almíbar hirviente cocina la clara montada, y evita que quede cruda. De esta manera, el merengue italiano resulta perfecto para disfrutar, sin miedo a intoxicarnos con salmonelosis.

Tips extra de Directorio Cubano

  • Si queremos que nuestro merengue quede más blanco, le agregamos unas gotas de jugo de limón. 
  • Para darle más brillo y proteger su textura de la humedad ambiente, le añadimos, a final, un poco de azúcar glass. 
  • Si nuestro merengue italiano comienza a derrumbarse (o sea, pierde consistencia y se debilita), podemos guardarlo un tiempo en la nevera. Eso le permite tomar algo de cuerpo. 
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La yema sobrante podemos aprovecharla en otras recetas: torrejas, natillas, flanes, helados, cremas, tortillas, empanizados… O sencillamente la comemos frita.

¡Misión cumplida! ¿Conocen algún otro secreto para conseguir un merengue italiano perfecto? ¿Saben cuántos tipos de merengue existen, y en qué se diferencian? Pronto Directorio Cubano hablará de ello.  

De momento, esperamos que la publicación les resulte útil. Y que nos compartan sus experiencias y recetas de cocina. 

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