Un hecho muy peculiar tuvo como protagonista a un joven cubano con orden I-220A en Estados Unidos. Él regresó a la Isla tras enfermar, sin embargo, ahora se arrepiente y pide que le permitan volver de cualquier forma a Norteamérica.

El migrante arribó a suelo americano en agosto del año pasado cruzando fronteras desde Nicaragua. Ya en Estados Unidos fue puesto en libertad con una orden I-220A, bajo palabra, pidió asilo y reinició su vida en el estado de Texas.

Pocos meses más tarde enfermó de manera grave. Sufría fuertes dolores de cabeza, fiebre alta, perdió el apetito, tuvo vómitos frecuentes, entre otros síntomas. De hecho, casi fallece debido a la enfermedad que luego le detectaron. El diagnóstico médico reveló que padeció del virus “herpes humano tipo C”. El mismo se le alojó en el cerebro y lo afectó seriamente.

Enfermo y sin atención

El joven cubano, que prefirió permanecer en el anonimato, comentó que en Texas solo recibió cupones de alimentos. Vivía con unas amistades que no podían dejar de trabajar para cuidarlo. Se sintió muy solo y desatendido, de hecho, aseguró que casi se vuelve loco por los efectos que provocó el virus en su cerebro.

Decidió, entonces, ir a buscar ayuda a un centro asistencial y en pocos días le llegaron muchas facturas con elevadas cuentas por pagar. Resultaban tarifas impagables para él según su capacidad financiera de ese momento.

La situación se volvió cada vez más crítica y tanto amigos como sus familiares en Cuba decidieron que regresara a la Isla. Llegó, incluso, en silla de ruedas por su estado físico y mental. Tras el tratamiento de varios meses pudo recuperarse y ahora busca la forma de volver a Estados Unidos.

El joven no se cansa de decir que él no estaba en sus cabales cuando volvió a la Isla por lo que no decidió ese regreso forzado. Su deseo más inmediato es acceder nuevamente a Estados Unidos ya sea por CBP One, por Parole humanitario o por alguna otra vía.